Mtro. Jorge Smeke Zwaiman
Director del Departamento de Estudios Empresariales
Universidad Iberoamericana
En estas fechas que se acerca el periodo vacacional vale la pena reflexionar sobre el presupuesto familiar y las premisas sobre las cuales contraer deudas ante los gastos que realizaremos en nuestras, y la de nuestros hijos, muy merecidas vacaciones.
La palabra clave para vivir tranquilamente es “planeación”. Esto implica pensar no sólo en inmediato sino en mediano y largo plazos. Reconocer que los gastos que realicemos hoy tendrán que ser pagados, que lo que estamos haciendo es postergar la erogación y que el dinero tiene costo en el tiempo, es decir, tendremos que pagar intereses.
Ya sea porque utilizamos una tarjeta de crédito o porque tomemos un préstamo en cualquiera de sus modalidades o fuentes posibles, considere que entre más urgente sea la necesidad de líquido más caro resultará obtenerlo.
Proyecte los gastos que tiene a mediano plazo y que son ineludibles, como son: útiles escolares, uniformes, reinscripción, colegiaturas, seguros; costos fijos como renta, alimentos, luz, gas, agua, hipoteca. Agregue los pagos de los créditos contraídos y cualquier imprevisto. Proyecte sus ingresos de manera conservadora y verifique que estos sean suficientes para cubrir las erogaciones anteriores; si no es así, modere sus gastos hoy. Viaje de acuerdo con sus posibilidades. Recuerde que lo importante es pasar tiempo con su familia.
En resumen, respetemos la siguiente regla básica de la contabilidad que aplica para nuestras finanzas personales: “Los gastos considérelos desde que los reconoce, los ingresos hasta que se den”. Esto hará que a futuro pueda dormir tranquilo.