martes, 26 de agosto de 2014

A 100 años de Cortázar

En el centenario del natalicio de Julio Cortázar, el doctor José Ramón Alcántara Mejía, académico del Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana reflexiona sobre la importancia del lenguaje en los cuentos y novelas del autor argentino como una herramienta para el cambio social.

“Para Cortázar, una manera de hacer la revolución es con el lenguaje, para que éste pueda decir las cosas de otra manera, y no con el discurso 'revolucionario', que se desgasta, que se convierte en retórica. Es incuestionable el compromiso de este autor con la realidad política y social de Latinoamérica, pero también con la literatura”, aseguró el doctor Alcántara.
“Él había pasado de aquel lenguaje realista y descriptivo, a un lenguaje más lenguaje: en donde el placer estaba en las palabras, y no tanto en las descripciones”, afirmó.

La importancia de Cortázar para las letras contemporáneas, afirmó el autor de Rodolfo Usigli y el nacionalismo mexicano, recae en que su literatura jamás se torna sirviente de la ideología, pese a reflejar el contexto político latinoamericano: mantiene su integridad, lo que la hace realmente útil.

“Cuando la literatura se convierte en un instrumento ideológico deja de ser útil”, mencionó Alcántara.

Con respecto al uso del lenguaje que hace el autor homenajeado el día de hoy, al que Alcántara Mejía llamó “lúdico, y muy divertido”, recordó que Cortázar y sus contemporáneos contribuyeron a una nueva manera de hablar, a la creación de una narrativa urbana, realista y con dosis de buen humor.

“Historias de cronopios y de famas podría considerarse un Mafaldaintelectualizado, porque tiene el mismo tipo de humor y de juegos, pero también hace referencia constante a la realidad, desde otra perspectiva”, señaló el investigador, en una referencia a la tira cómica de Joaquín Lavado Quino.

Sobre la cualidad “juguetona” de la forma de escribir de Cortázar, habló del capítulo 68 de la novela Rayuela, donde el autor describe una escena entre dos enamorados con palabras en glíglico, un lenguaje inventado.

“No sabes de lo que se está hablando en este pasaje, pero tiene sentido: existen connotaciones sexuales y eróticas, gracias al sonido del lenguaje y la combinación existente entre algunas palabras, pero es el lenguaje mismo el que tiene su propio peso”, clarificó.

Alcántara Mejía retomó el hecho de que Cortázar sí utiliza el contexto social, político y cultural que existió a su alrededor, desde un lenguaje que adquiere una textura poética, y no desde el discurso político o “revolucionario”.

“Este autor en algún momento tiene que responder. En sus primeros cuentos y novelas es muy criticado, pues parece que no tiene implicaciones políticas. Sin embargo, yo creo que Cortázar es irónico. Aborda los hechos con mucha seriedad”, afirmó el investigador.

Cortázar estuvo inmerso en diversas causas sociales latinoamericanas: desde su primera visita a Cuba en 1963, contribuiría a la liberación de presos políticos y se solidarizaría con Salvador Allende en Chile. Pese a su activismo, procuró que su literatura se mantuviera alejada de las trampas ideológicas, precisó Alcántara.

“Su última novela, Libro de Manuel, trata de unos argentinos medio locos en Europa que tratan de organizar un movimiento político, y en medio de la narración de la novela se insertan recortes de periódico que hablan de la tortura en América Latina”, ejemplificó el académico, como una de las obras en las que Cortázar ejerce la crítica, sin trastocar la parte literaria.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Barrios del DF, a merced de la "gentrificación”


Tras deteriorarse por la aparición de la estación Insurgentes del Metro o de los sismos de 1985, la colonia Juárez, creada en 1906 por petición del presidente Porfirio Díaz en conmemoración del primer centenario del natalicio de Benito Juárez, vive un proceso de "gentrificación", con repercusiones tanto positivas como negativas para la zona y sus habitantes.

Así lo señaló el arquitecto Gerardo Hernández Septién, académico de la Universidad Iberoamericana y guía del recorrido histórico "Colonia Juárez. Los fantasmas de la belle époque", que el Departamento de Historia y el Programa Historia Viva: Identidades Culturales, de esta casa de estudios, ofrecerá el sábado 16 de agosto.

La "gentrificación", término de reciente creación, explicó el maestro Septién, se refiere a la evolución natural de una zona deteriorada o abandonada de la ciudad, cuyas ventajas arquitectónicas, de ubicación o de infraestructura llaman la atención de un nuevo grupo de habitantes que comienzan a transformarla. Así, zonas habitacionales originalmente destinadas a las clases media o media baja, se convierten en el hogar de personas con mayor nivel adquisitivo.

"Este tipo de cambio suele verse como negativo, pues se piensa que atenta contra el espíritu de las colonias, y contra sus habitantes 'originales'", apuntó el maestro Hernández, quien subrayó que la definición de esto último obligaría a delimitar cuántas décadas habría que remontarse para estipular a los primeros habitantes de una zona o colonia determinada.

Al dejar de idealizar a los suburbios, muchas personas de mayor nivel adquisitivo han regresado a las zonas que si bien pudieran lucir abandonadas o descuidadas, poseen mucha infraestructura y carga histórica. Al establecerse en estas colonias, como la Juárez, atraen a más personas, lo que encarece la vida en la zona y termina desplazando a las familias y comercios asentados en ella.

Sin embargo, la "gentrificación" también tiene un lado positivo, pues reactiva la zona, atrae inversionistas, crea fuentes de trabajo y de vivienda, destacó el arquitecto, quien también advirtió que cuando se abusa de este tipo de evolución urbana, se llega a casos extremos como el de la colonia Condesa, que tras ser una colonia vieja y abandonada, terminó saturándose de comercios y galerías.

Un caleidoscopio de la ciudad de México a pequeña escala, la colonia Juárez es el resultado de la unión de cuatro antiguas colonias, unidas por Guillermo de Landa y Escandón, entonces gobernador de la ciudad de México: la colonia de los Arquitectos, la colonia Bucareli o Limantour, la colonia Americana o del Paseo, y la colonia Nueva del Paseo, señaló el académico de la Ibero.

Entonces considerada por muchos un “centro de magnates” o una parte arrancada de los mejores barrios de Viena o Bruselas, la zona estuvo poblada de ostentosas villas y mansiones eclécticas construidas para la élite porfiriana, al estar bien ubicada y conectada entre el centro de la ciudad y el Bosque de Chapultepec.

Tras el estallido de la Revolución Mexicana en 1910, muchas de sus casas fueron abandonadas, saqueadas o destruidas, proceso que continuó a raíz de la aparición de nuevas colonias residenciales como la colonia Hipódromo Condesa, la colonia Del Valle, Polanco o las Lomas de Chapultepec, y la consecuente migración de sus habitantes y sus descendientes a dichas zonas.

La sección de la colonia Juárez conocida como Zona Rosa, que antes fuera parte de la antigua colonia Nueva del Paseo, vivió un periodo de auge entre los años 40 y 70 del siglo XX, pero decayó con la aparición de la estación Insurgentes del Metro, el comercio ambulante y los sismos de 1985, que ocasionaron que muchas de las construcciones originarias de la colonia que hasta entonces se mantenían en pie resultaran dañadas o demolidas para construir nuevos edificios o estacionamientos, lo que entre otros factores abrió las puertas a la "gentrificación".

En el recorrido del 16 de agosto, el primero que el programa Historia Viva: Identidades Culturales ofrecerá este semestre, se visitarán varios de los ejemplos arquitectónicos significativos del desarrollo urbano de la colonia, como el Reloj Chino, cuyos orígenes se remontan a 1910; el Palacio de Cobián, residencia aristocrática reciclada de una estructura previa y que data de 1903; así como los tres grandes complejos de apartamentos de la avenida Bucareli: el Edificio Gaona, el Vizcaya y las Casas de El Buen Tono.

Además se visitarán otros ejemplos de la arquitectura doméstica, tanto sobreviviente como desaparecida, de la colonia Juárez, a la vez que se relatarán los usos, costumbres y personajes que habitaron dichos edificios: banqueros, arquitectos, abogados, extranjeros, presidentes y otras personalidades que dieron un aire cosmopolita a este barrio.

Los participantes conocerán también la interesante historia de la calle de Londres, el Museo de Cera, la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, la Plaza Giordano Bruno y el Museo del Chocolate.

Tras este paseo inaugural para el periodo escolar Otoño 2014, el Programa Historia Viva ofrecerá el recorrido "El muralismo y la construcción de un imaginario 'mexicano'”, el viernes 17 de octubre. Con un costo de 200 pesos para el público general y 150 para los miembros de la comunicad universitaria de la Ibero, estudiantes, profesores y adultos mayores con credencial de Inapam, las inscripciones a este primer recorrido serán por medio del correohistoriaviva.uia@gmail.com.