jueves, 29 de octubre de 2009

Los dos Santa Fe



Doctor Francisco Galán Velez
Director del Medio Universitario, UIA.

Es un contraste que raya en lo brutal. Se puede ver bien cada mañana que estamos parados sobre el último de los puentes. Ahí se ven las dos barrancas. En ambas barrancas se muestra una falta de respeto a las reservas ecológicas.

En una barranca ya llega el edificio hasta la altura de los coches, seguro anunciarán edificios con vista a la quietud (por lo menos en la tarde noche cuando nadie se mueve ahí).

El santa fe en el que estoy no parece interesarse en ese otro, salvo algunas excepciones. Podríamos hablar de los lugares para comer de ambos, de los edificios de vivienda, de las instalaciones deportivas o incluso de las iglesias.
No pretendo exacerbar los ánimos. Cuando el plantón de Reforma de AMLO, se organizaron tours a ver el santa fe de acá. Jesusa Rodríguez vino a hacer objeto de su falsa indignación a mi querida Ibero.
Lo de la barranca sí me irrita pero, ya lo dije, por la falta de respeto a un largo plazo sostenible. ¿En cuánto tiempo nos quedaremos aquí sin agua? Y siguen construyendo …
A SERVIMET se le olvidó hacer salidas suficientes (supongo que podemos echarle la culpa a ellos).

Al gobierno de AMLO se le olvidó expropiar lo último para culminar la faraónica obra de los puentes y ahí nos quedamos parados en la increíble llave de sol, que ni Dalí pudo haber imaginado para el remate de los puentes. Sí, ya lo sé, la irresponsabilidad es nuestro patrimonio.

En los puentes hay un abismo de por medio, en la vasco de Quiroga sólo una glorieta, pero -como en Tijuana- ¡qué lejos estamos del otro lado! Hagamos algo porque ya casi nos alcanza el destino.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Antes como después o ayer como hoy


Alfonso Mendiola
Departamento de Historia

Si a cualquier amigo le preguntáramos ¿qué hizo ayer?, y el tuviera la amabilidad de contestarnos, nos estaría hablando hoy de ayer. Esta relación entre ayer y hoy no es tan complicada como parece, pues si nos detenemos un momento a pensarlo, es algo que vivimos todos los días.


Casi siempre, pues para esto es necesario que alguien quiera platicar con nosotros, le platicamos a un amigo o familiar lo que hicimos el fin de semana. Eso que hacemos sin darnos cuenta se llama tiempo. El tiempo sólo es platicar en el presente lo que hicimos el día anterior. Me gustaría decir que el tiempo no tiene ningún misterio, pues se reduce a la bella práctica de conversar. No hay nada más sencillo que interrogar a un compañero de trabajo sobre lo que hizo el fin de semana. El tiempo es contar aquello que pasamos durante ese fin de semana.

Hace muchos ayeres, podríamos decir más de quinientos años, una persona que se llamaba Cristóbal Colón se topó con un pedazo de tierra que llamamos, actualmente, América. Él nunca supo, aunque nos parezca extraño, que había descubierto un continente desconocido hasta ese momento, el 12 de octubre de 1492. El siglo XV, en que él descubre el mundo del territorio de América, pensaba que sólo existía tres continentes: Europa, África y Asia. Colón deseaba, y siempre lo pensó así, llegar a Asia.


Sería interesante que no se nos olvidara que Colón nunca se imaginó que había descubierto un nuevo espacio habitado. Él todo el tiempo creyó que estaba en algún lugar de Asía.

Ayer como hoy, antes como después, hemos festejado el día en que Colón llegó a tierras del continente americano. Curioso que este almirante, Cristóbal Colón, nunca haya sabido lo que había realizado. Para él era más importante haber unido, viajando por el océano Atlántico, una punta de la tierra habitada –Europa- con la más alejada –Asia.


Unir lo más conocido con lo más desconocido, dicho de otra manera, la A con la Z. Aún más claro, el principio con el fin. Este personaje de la historia se imaginó que él ponía el punto final a la historia de la humanidad. ¿Qué otra cosa puede significar unir el principio con el fin? Cristóbal Colón ponía un hasta aquí a la historia en su totalidad. Él siempre pensó que esa había sido su misión en la tierra. Cerrar el tiempo de la historia.


Cuando nosotros contamos lo que hicimos el fin de semana hacemos lo mismo que Colón. Pues nosotros -probablemente con mayor claridad que él- al unir en una buena charla lo que hicimos el fin de semana, unimos el principio –sábado en la mañana- con el fin –el domingo en la noche.

El ayer siempre se cuenta hoy. Como dice un dicho popular, mañana se fía hoy no. Eso es lo que llamamos tiempo. Vuelvo a repetir, ¿hay algún misterio en el acto de platicar lo que hicimos el fin de semana?

jueves, 8 de octubre de 2009

Santa Fe, un polo de desarrollo


Por Miguel Ángel Corro Manrique
Director del Departamento de Administración y Finanzas
Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe

Cuando el dios Huitzilopochtli les ordenó a los Mexicas que partiesen desde Aztlán y que sólo fundarían su reino en un lugar donde habrían de encontrar un islote con una piedra y sobre ella un águila parada sobre un nopal y devorando una serpiente, la fundación de la gran Tenochtitlán, hoy Ciudad de México, se convertiría en una referencia histórica, económica, social y política central del desarrollo de nuestro país.
Desde Don Bernal Díaz del Castillo en “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” donde expresa su sorpresa y su admiración por la ciudad más hermosa, grande, organizada y esplendorosas que jamás había visto, hasta las más recientes crónicas de los llamados Cronista de la ciudad, la Ciudad de México no ha dejado de crecer, de transformarse, …de sorprender!!!!
Todas y cada una de sus zonas, colonias, barrios, podrían sorprendernos por la gran cantidad de anécdotas, historias, leyendas, edificaciones, personajes, eventos fundamentales no sólo para su propia historia, sino para la historia misma de la nación. Sin embargo, pocas zonas de la ciudad, e incluso del mundo, se han transformado de manera tan drástica en tan poco tiempo como Santa Fe, una colonia de la Ciudad de México que en pocos años pasó de ser de uno de los vertederos de la urbe a una de las más vanguardistas y costosas zonas de la metrópolis.
En los primeros años de la década de los setenta Santa Fe estaba convertida en una zona devastada y utilizada como basurero. Pero gracias a la iniciativa de un grupo interdisciplinario de arquitectos, urbanistas e ingenieros, que propusieron al entonces regente del Distrito Federal, la transformación de uno de los espacios más degradados del área metropolitana, los tiraderos de basura de Santa Fe se han convertido en una zona de "primer mundo", aprovechando su cercanía con varias zonas de alto nivel como las Lomas de Chapultepec, Tecamachalco y otros elegantes suburbios que empezaban a formarse en los años 1980's al poniente de la capital del país. Este grupo de personas diseñaron un plan integral de desarrollo urbano que de manera paulatina iría fraccionando y construyendo la infraestructura necesaria para atraer la inversión de la iniciativa privada y financiar de esa manera un esquema de ciudad que debería de servir de modelo para desarrollos futuros, zonificando los terrenos de acuerdo a la función que iban a desempeñar, determinando asimismo las alturas y cantidad de espacios verdes con los que debería de contar.
Y en efecto, a partir de entonces y en menos de 10 años, la zona se empezó a poblar de varios corporativos de empresas trasnacionales y mexicanas que encontraron en Santa Fe un entorno idóneo para desarrollarse e inscribirse en el mundo global de los negocios. Simultáneamente inició en la zona el desarrollo del Centro Comercial Santa Fe que atrajo importantes cadenas comerciales y empresas internacionales y facilitó el desarrollo demográfico de este fraccionamiento con el surgimiento de grandes proyectos inmobiliarios, algunos de ellos realizados por destacados arquitectos mexicanos como Ricardo Legorreta y Teodoro González de León.
A pesar de que el brillo de la zona se ha visto disminuido en los últimos años, a raíz de la insuficiencia de transporte público así como del hecho de que las familias jóvenes de altos ingresos han decidido establecerse de nuevo en colonias céntricas de abolengo como la Condesa, Polanco y la Colonia del Valle, Santa Fe no deja de ser interesante tanto por su vanguardista arquitectura como por su moderna concepción urbana, que transformó un vertedero en una zona de clase mundial.
Desde 1987, en que la empresa Servicios Metropolitanos del Gobierno del Distrito Federal promocionó estos terrenos de acuerdo a un plan maestro de uso de suelo y regeneración de la zona, Santa Fe no ha dejado de desarrollarse. De esta manera, esta región poniente de la ciudad captó el interés de inversionistas para el desarrollo de oficinas corporativas, proyectos residenciales y otros servicios, contando actualmente con escuelas y universidades a la altura de las mejores del mundo.
Ejemplo de esto es el Tecnológico de Monterrey que en 1997 llevó a cabo una permuta con el Gobierno de la Ciudad de México de su edificio de la Escuela de Graduados en Administración (EGA) ubicado en Fray Servando, por un predio en Santa Fe, con la idea original de abrir esta escuela en la zona. A pesar de que este terreno se adquirió, no se llevó a cabo la construcción; sin embargo, en el mes de junio de 1999 se formalizó la compraventa de otro predio en la Sección de Tlayapaca en Santa Fe. El nuevo predio tenía aproximadamente 13 hectáreas y fue entonces cuando se tomó la decisión de abrir el campus número treinta del Sistema Tecnológico de Monterrey, iniciando su construcción el 19 de marzo de 2001 y empezando actividades el 16 de agosto del mismo año. Actualmente, el Campus Santa Fe cuenta con 13.69 hectáreas de terreno, con aproximadamente 32,215 metros cuadrados de construcción que ayudan a la formación integral de aproximadamente 3500 alumnos tanto de preparatoria, como de profesional y prosgrado.
No solamente ha sido el Tecnológico de Monterrey u otras universidades privadas como la Iberoamericana, la Anáhuac o la Westhill, las que se han instalado en esta zona. Otras universidades públicas como la Universidad Metropolitana y la existencia de otros centros de educación superior como el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) conforman una red de universidades que coadyuvan y estimulan el desarrollo de la región, a través de la formación de nuevos cuadros de profesionistas que se integran a la actividad laboral, gracias a la cercanía de los centros de educación con los corporativos y empresas instaladas en la zona.
Actualmente se está llevando a cabo en este espacio urbano metropolitano, la última etapa de desarrollo del Plan Integral de Santa Fe, en el que se están edificando una gran cantidad de torres de oficinas y departamentos, algunos de ellos de más de 45 pisos con interesantes ejemplos de la arquitectura internacional. Además, se han creado los llamados desarrollos mixtos, que son perfectos para matrimonios jóvenes y solteros que tienen planeado vivir en la ciudad y no salir más que a la esquina.
Y es que este tipo de inmuebles satisfacen las necesidades de los consumidores que quieren tener todos los servicios a unos pasos de su casa. Urbanistas como Juliette Bonafe consideran que actualmente, la tendencia en el mundo inmobiliario es la edificación de este tipo de conjuntos mixtos, que además brindan opciones de pago. En la ciudad, por ejemplo, los encontramos en Santa Fe y Paseo de la Reforma a precios elevados y otros más accesibles a la bolsa del consumidores en las colonias Roma y Condesa.
Esto hace que el poniente de la ciudad siga siendo una de las zonas más valoradas por los desarrolladores inmobiliarios. Santa Fe sigue en el blanco de muchas compañías y de hecho, es la zona que ha registrado un mayor crecimiento demográfico y poblacional en la última década.
Compañías como GICSA, ha sabido invertir en el DF. No sólo puso sus ojos en Paseo de la Reforma, sino también en zonas como Santa Fe, donde actualmente construye uno de los desarrollos inmobiliarios más ambiciosos. Se trata de City Santa Fe, un conjunto residencial mixto, de 500 departamentos distribuidos en 11 torres y que en total estarán terminados en el año 2012.
Muchas familias, de clase media alta, han puesto sus ojos ante este desarrollo y en otros similares de la zona como Stadia Suites o Cumbres de Santa Fe. En estos complejos residenciales, los matrimonios con dos o tres hijos pueden contar con centros recreativos y de diversión, como SPA con vapor, sauna, gimnasio, sala de masajes, alberca descubierta y techada, área de juegos infantiles, un children day care", centro de Negocios, restaurantes y galerías. Todo esto aunado con una extrema garantía de seguridad pública por parte de la autoridad local.
Según el Reporte de Mercado de Oficinas de Colliers International, el corredor Santa Fe tuvo la mayor superficie en construcción y en proyectos en la Ciudad de México, tanto por los niveles de absorción durante los últimos años dentro del propio corredor, como por la expectativa de crecimiento en desarrollo de infraestructura para la zona en los próximos meses.
Santa Fe por ello se ha vuelto una zona de indudable desarrollo, sin embargo, habrá que aceptar que este mismo desarrollo no ha podido permear hacia todas las comunidades aledañas de la zona. En este sentido, mucho queda aún por realizar e incluso por innovar, pues el polo de desarrollo en el que se ha convertido Santa Fe también lo obliga a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región, por lo que se deberán de edificar desarrollos capaces de interactuar en armonía con el medio ambiente y en esto no podemos seguir dejando toda la responsabilidad al Gobierno. Es necesario que los constructores, empresarios, trabajadores y comunidad en general, tomemos consciencia de nuestro papel en el progreso de la región y regiones vecinas.
Hay que evitar el deterioro ambiental y pensar en como enfrentar los retos que se presentan para la zona, como por ejemplo la escasez del agua potable u otros problemas propios del desarrollo urbano reciente. Por eso, es preciso atender las necesidades del presente, pero sin comprometer el futuro de las próximas generaciones. Para lograrlo es indispensable modernizar a profundidad la cadena productiva de la construcción y crear un comité director de la zona que se encargue de vigilar la edificación de inmuebles bajo las normas de sustentabilidad.
El desarrollo de Santa Fe nos compromete con una estrategia de mediano y largo plazo de desarrollo urbano que mejore la plusvalía de las viviendas y fomente la inversión para contribuir a mejorar la calidad de vida de la población y, al mismo tiempo, se convierta en el paradigma del desarrollo local del país para los próximos años.