jueves, 25 de marzo de 2010

Un método para analizar la reforma política


Gerardo Moya García
UIA


La reforma política, ha estado apareciendo como noticia de interés nacional, y claro que lo es. Obliga a pensarla desde sus orígenes; desde el análisis del Estado, como objeto del conocimiento, datos, hechos y objeto; Como algo muy cercano, que influye en nuestras vidas; en fin, “Lo político, es un dato de la conciencia”.

El mejor camino para explicar el conocimiento político, es el de la observación y descripción del fenómeno, donde el sujeto, conciente y libre, debe de adueñarse del objeto y reproducir su imagen, así, el hombre, no se conformará con las apariencias, si no que todo saber, debe darse como resultado de una reflexión fundamentada.

Sin sociedad, no hay política; ella se debe darse en la convivencia humana, basada en tres principios: Uno. Armonía pacífica entre los hombres. Dos: Que ésta, conlleve a la creación, conservación y defensa, de un orden exterior; y tres, Que se de en un orden jurídico.

La realidad social es un vivir en sociedad, con sus semejantes; en forma estable y permanente; en un territorio determinado, ligadas entre sí, por vínculos de solidaridad; que debe expresarse en leyes y reglamentos, y permitan resolver sin violencia, los conflictos. Con autoridad, con un poder público, que unifique, coordine, armonice, e impulse, trabajos e iniciativas, hacia una meta común. Unidad de propósitos, de decisiones y de acciones definitorias.

Después de someter las condiciones políticas de México, a un análisis “reflexivo” “objetivo”; y “metódico” descubre la verdad, desde caminos lógicos, además se matiza con un “conocimiento sistemático”, los resultados obtenidos, serán relacionados entre sí, en un todo armónico; Al aplicar este método, se descubre que dadas las condiciones del Estado actual, es necesario al menos: Reformar el ejercicio de contrapesos, que permita el equilibrio y el consenso, Se necesitan de una rendición clara de cuentas; Se requiere que la relación entre los poderes del estado, deba ser articulante; Que la constitución política mexicana, sea sujeta de reformas nacionalistas

Que en la búsqueda de un dialogo republicano entre los actores políticos, se primen y premien acuerdos, que permitan construir nuevas instituciones, las que con reglas claras y precisas, permitan el ejercicio del gobierno. Si fuera tan solo por eso, es necesaria la reforma política.

jueves, 18 de marzo de 2010

Nuestra fascinación por el Factbook


Dr. Francisco Galán
UIA

Hace unos días volví a preguntar en mi muro de facebook: ¿Por qué nos fascina el facebook? ¿Dónde estamos? Sólo un amigo contestó: “Estamos en el facebook.”

Como soy de tiempos anti diluvianos la “ciberespacialidad” me sorprendió y aún lo hace. En 1991 en la biblioteca del Boston College llegué a buscar cierta bibliografía, y ¡oh sorpresa! no había ficheros, sino computadoras. Tras un lento aprendizaje quedé atónito cuando vi desplegarse en segundos 180 referencias que tardaba días en conseguir. Una tarde lluviosa quedé paralizado al escuchar por primera vez la voz de Heidegger, sin sospechar que vería en you tube a Albert Camus .

Imagine por favor el lector lo que sentí al jugar en algunas farmacias al tele pon, y luego poder jugar en casa el atari, mario bros, tecmo nfl. Jugar “age of empires”, con mi hijo como aliado contra otros imperios, me llevó a esperar la tarde de los domingos, –horrible en la niñez-, con gran alegría y alboroto.

Fantástico resultó seguir las incidencias del juego de los red sox con un retraso de dos minutos, pero ahora puedo ver la recta de 90 millas de Josh Beckett en la pantalla de la compu (no en alta definición porque nuestro ancho de banda no da), ¡el skype! , jugar una partida blitz de ajedrez a las dos de la mañana con una persona que está en Praga.

Este pasado 14 de febrero, una amiga en su muro pedía encarecidamente detener el spam de corazoncitos, y remitía a un texto de Arcadi Espada, al que llamó “una lúcida reflexión sobre el amor en los tiempos del chat” http://www.arcadiespada.es/2010/02/14/14-de-febrero-2/.
Espada remite a explicaciones más o menos conocidas de los usuarios sociales del internet (el anonimato, comodidad y seguridad del sexo pornográfico), pero ensaya también sobre la especificidad del facebook: La posibilidad del reencuentro, y la intemporalidad de éste; La búsqueda de la aventura don juanesca del hombre maduro, sin tener que exhibir el estómago; Voyeurismo y exhibicionismo.

Añadiría la posibilidad de inventarse una second life con los tintes y fotos de la first. Pero lo que más me ha gustado es su reflexión sobre la pregunta con la que inicia: “¿Alguien ha escrito algo de interés sobre cómo y por qué la escritura cambió al amor?”. Sí, sorprendentemente, resulta que en plena época de la imagen, el principal atractivo es la escritura en la hiperrealidad.

jueves, 11 de marzo de 2010

A propósito de Chalco


Gabriela Estrada
División de Estudios Sociales, UIA


Es un hecho recurrentemente constatable que el territorio contiene por naturaleza, pero también por la forma en que las sociedades lo ocupan, un cierto número de riesgos. Manejarlos, adaptarse, incluso servirse de ellos, ha sido siempre parte de la dinámica urbana. Sin embargo, el rápido crecimiento de las ciudades en la segunda mitad del siglo pasado, vino a modificar las prácticas de ocupación del territorio y a intensificar la exposición a los peligros presentes en el mismo.

Los primeros ejercicios de planificación urbana se orientaron a resolver las contradicciones inherentes a las ciudades, pero no es sino hasta muy recientemente que la problemática de los riesgos se ha incorporado a las preocupaciones de la gestión urbana. Sorprendentemente, incluso en una ciudad tan expuesta a peligros naturales como la Ciudad de México (existen registros desde la época prehispánica sobre los frecuentes sismos e inundaciones que asolaban el valle), aún no contamos con instrumentos suficientes para prevenir y subsanar los efectos de los desastres naturales.

El monitoreo de fenómenos peligrosos es bastante preciso en nuestro país (por ejemplo, hay Atlas de Riesgos para muchas ciudades y estados, y se difunde información en tiempo real sobre ciclones y sobre la actividad del Popocatépetl en la página web del CENAPRED), pero eso no impide que la población se ponga en situación de riesgo al ocupar terrenos vulnerables a esos fenómenos. Más allá de la falta de educación tantas veces invocada por las autoridades, hay que reconocer que la población ocupa terrenos expuestos a peligros naturales por falta de acceso al mercado formal de tierra y vivienda. Para los más pobres, los terrenos en riesgo y la edificación precaria son las únicas opciones accesibles a su presupuesto.

Al tolerar la ocupación de esos espacios, se ha permitido que los pobres satisfagan su necesidad de vivienda, pero a costa de incrementar su vulnerabilidad. Ahora habría que procurarse instrumentos más eficaces para remediar la situación, por una parte mejorando la prevención de riesgos (con obras de infraestructura y mejora de viviendas) y por otra, con mejores instrumentos de gestión y financiamiento de la reconstrucción tras los desastres. Si no, pregúntese ¿qué pueden hacer los damnificados de Chalco con los 20 mil pesos por vivienda que les darán como indemnización?

jueves, 4 de marzo de 2010

Una inquietante llamada telefónica

Alfonso Mendiola
alfonso.mendiola@uia.mx
Profesor de Historia, UIA

Comenzaba a escribir la palabra comenzar sobre el papel cuando el teléfono sonó. En ese momento creí que podía dejar sonar el teléfono sin contestarlo. En cierto modo fue así, pero solamente en cierto modo; pues al poco tiempo empezó a sonar mi teléfono celular. Mi esfuerzo se concentraba en seguir escribiendo, pues suponía que esa llamada que venía de fuera no tendría ninguna importancia. Después, en verdad unos pocos minutos después, me di cuenta de que estaba muy equivocado. Sonaron de manera alternada mi celular y mi teléfono de casa. A los pocos minutos estaba contestando.

El que llamaba era un amigo que vive en una zona de la ciudad de México llamada Chalco. Su voz era entre cortada y temblorosa. Me decía que su casa y su colonia se habían inundado. Además me repetía que no era la primera vez. Al contrario, me decía que cada año era lo mismo. Yo diría que más que irritado estaba cansado. Casi año con año perdía todo los muebles que tenía. Pero eso no era lo importante me hacía ver. Lo más importante era que las autoridades del lugar siempre les decían que eso no volvería a pasar, pues ellos tomarían cartas en el asunto. Realmente a lo que se refería mi amigo con su malestar era a lo siguiente: por qué ofrecen algo que nunca lo van a hacer.

Él me decía que siempre había soñado con un mundo en que el decir fuera hacer. Yo le preguntaba cómo sería eso posible, y él me decía que muy fácil. Bastaría con instituir una ley en la que ofrecer algo de palabra fuera un compromiso de honor para la persona que lo ofrecía. Cuando terminó la llamada telefónica ya no pude seguir escribiendo, pues en mi cabeza daban vueltas las dos palabras: ofrecer algo de palabra y el honor de la persona que lo ofrece. En ese momento me daba cuenta de lo que significa que la palabra estuviera articulada con el honor, hablaríamos menos.

Una sociedad democrática debería estar sustentada en una revisión permanente del decir y el hacer, o mejor dicho, de la realización de lo que se dice. ¿Cómo poder evaluar a nuestros gobernantes? Creo que sólo si hiciéramos lo que mi amigo me decía. En fin yo tenía que terminar de escribir mi ensayo, pues lo tenía que enviar ese mismo día. Mi problema después de la llamada era que sólo me venía a la mente lo que había escuchado en esa llamada. De alguna manera lo que comprendí era la irritación tan grande que provocaban las palabras usadas de manera vana. ¿Cuántas veces más se tenía que inundar Chalco para que las cosas cambiaran? No lo sabía. Pero la rabia allí se encontraba.