martes, 30 de septiembre de 2014

Tlatelolco, ejemplo de alienación citadina


A pesar de tener muchas ventajas arquitectónicas desde el punto de vista del funcionalismo, la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, que este 2014 cumple 50 años de edificada, es más recordada como un espacio de alienación y como un sitio de tragedias.

Lo anterior lo señaló la maestra Viveka González, quien conducirá el recorrido “Tlatelolco, de la utopía funcionalista a lugar de la memoria", el próximo sábado 18 de octubre, como parte de las actividades que organiza el Programa Historia Viva del departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana.
Comenzada a construir a finales de la década de los 40 y concluida en 1964, esta populosa unidad habitacional, testigo de la represión estudiantil de 1968 y del terremoto de 1985, fue parte de los proyectos urbanísticos de gran escala que tuvieron su auge durante el llamado “milagro mexicano”, nombre que se le dio a la época de apogeo económico que México experimentó en la presidencia de Miguel Alemán, a raíz de la Segunda Guerra Mundial.
El crecimiento demográfico de México y las grandes migraciones hacia el Distrito Federal a mediados del siglo pasado favorecieron la creación de este tipo de proyecto urbanístico, que ofrecía diversas ventajas: departamentos de distintas dimensiones, que a su vez permitían el establecimiento de distintas clases sociales en una misma zona; así como la concentración de servicios como escuelas, comercios y espacios de recreación en un mismo bloque habitacional que podría congregar a miles de habitantes en un espacio relativamente pequeño.
Tlatelolco es un espacio construido a partir de máquinas, de sistemas de circulación vehicular, señaló la especialista, quien destacó que esta unidad habitacional fue uno de los primeros espacios en México concebidos a partir de los electrodomésticos, que comenzaron a llegar al país en la década de los 40.
Si bien el proyecto seguía las características del funcionalismo, corriente arquitectónica impulsada por Le Corbusier en los años 20 que favorecía la construcción de unidades habitacionales, eficientes, prácticas y de líneas limpias, como respuesta a la destrucción de las ornamentales ciudades europeas durante la Primera Guerra Mundial, Tlatelolco terminó aislando a sus pobladores, apuntó la experta.
Así, Tlatelolco se ha convertido en un ejemplo de alienación citadina, pues orilló a que sus habitantes no tuvieran que salir de la unidad habitacional para acudir a los centros de estudios, compras y esparcimiento, lo que ha debilitado los vínculos entre quienes viven en la zona.
Por medio del recorrido “Tlatelolco, de la utopía funcionalista a lugar de la memoria”, Viveka González problematizará todas las implicaciones sociales y políticas de una unidad habitacional, sus orígenes y razón de ser, y comparará su realidad actual con el lado utópico del movimiento moderno y el funcionalista, que buscaba crear espacios prácticos y funcionales para atender la explosión demográfica.
“A veces se nos olvida que los acontecimientos suceden en un contexto espacial muy específico”, subrayó Viveka González, quien aseguró que la arquitectura puede ser un vehículo muy útil para comprender la historia y así entender las características de los diferentes espacios y la forma en que estas definen su entorno.
Este recorrido, programado para el sábado 18 de octubre, visitará sitios como la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, la Plaza de las Tres Culturas, el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el edificio Banobras y el reloj de sol que conmemora el sismo de 1985.
Fecha: 18 de octubre
Costo: 200 pesos para el público en general y 150 para los miembros de la comunidad universitaria de la Ibero, estudiantes, profesores y adultos mayores con credencial de Inapam
Inscripciones: ya están abiertas, por medio del correo historiaviva.uia@gmail.com.

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