Por: Armando Oviedo
Difusión Cultural, UIA
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"Es otoño, los amantes ya se fueron"
Roberto Jordán
Roberto Jordán
En el más reciente libro de Julio Cortázar (1914-1984), Papeles inesperados (Alfaguara, 2009) , reunidos por su albacea y primera esposa Aurora Bernárdez –gran traductora de Italo Calvino--, y por el joven crítico Carles Álvarez Garriga, encontramos al escritor que nunca será viejo ni debiera pasar de moda. El joven abuelo, quien murió a los 69 años, dejó constancia de que el amor rejuvenece a los maduros y hace madurar a los jóvenes y a los niños.
Algunos amigos que nacimos en la década de los sesenta, nos emocionamos con este escritor de enigmas fantásticos. Fue él quien motivo nuestra solidaridad con las causas humanistas pero más con la amistad. Quién no recuerda el grupo fraterno de los personajes de Rayuela o del Libro de Manuel, o la solidaria y trágica reunión de los viajeros estáticos en Los premios.
Pero estos mismos amigos que hoy releen al gran cronopio, sospechan de su vitalidad, juventud y romanticismo, propios de la perdida era de Acuario. Descubren, con íntima tristeza reaccionaria, que el autor de Todos los fuegos el fuego es para adolescentes. Creo yo que mis amigos han envejecido antes de tiempo, ahora son partidarios del desencanto y del realismo sucio; no saben de los buenos oficios del escritor de cara de niño barbón. Así lo delatan sus cuentos sobre adolescentes o de infantes descubriendo esa cosicosa alojada en el bajo vientre. Recordemos los cuentos “Silvia”, “Bestiario”, “Una flor amarilla” o “Final del juego”.
En Papeles inesperados mantiene en estado criogénico su juventud imaginativa como oro en paño o como divino tesoro temático; está el Cortázar que “avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre”. Del grueso volumen, seleccionen el cuento “Los gatos” y aprecien el amor amoroso de las parejas pares, de dos niños- adolescentes-jóvenes que se abandonan a la pesadumbre del amor.
El mundo actual necesita de los niños y de los jóvenes para renacer de sus cenizas. El amor sincero y el cariño nutrido con algo de miel y leche, no le hace mal a nadie, al contrario, traería remanso a este momento de realismo trágico de primera plana.
Sí, Cortázar es un escritor para jóvenes, pero jóvenes de corazón que no se anquilosan ni se dejan envolver por la inane responsabilidad de ser fieles a la dura realidad.
Es raro que un escritor como Julio Cortázar, quien navegó por los mares de la fantasía no haya sido catalogado como obligatoria lectura juvenil. El amor y la fantasía son armas cargadas de futuro, tan necesarias en este momento de dispersión y odios gratuitos. Volvamos a Cortázar y a la lectura fantástica para permanecer, sin cirugía estética, jóvenes, imaginativos y enamorados.
Totalmente de acuerdo, Cortázar debería estar en la currícula de los niños y jóvenes estudiantes, ¿no lo está ya? Deberíamos averiguarlo, prometo hacerlo. Muy buen artículo. Melan
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