martes, 14 de junio de 2011

Innovación

Maestría en Gestión de la Innovación Tecnológica (MGIT)
M.Sc. Edgar Ortiz Loyola Rivera Melo, coordinador
edgar.ortizl@uia.mx

El ser humano, en todas las etapas de la historia, ha demostrado una capacidad única de adaptación por medio de la innovación. Esto le ha permitido la supervivencia en condiciones adversas y no sólo eso, ha propiciado el desarrollo de la sociedad y una mejor calidad de vida. Sin embargo, la innovacion se ha convertido hoy día, en un proceso frustrante en la mayoría de las ocasiones; por ejemplo, la revista Business Week comenta que sólo un 4% de las iniciativas de innovación tienen éxito.

La innovación como tal no se refiere únicamente a la invención, se requiere que ésta permee en la sociedad y sea adoptada. Este proceso requiere mucho más que únicamente habilidades para desarrollar tecnología. Implica un amplio conjunto de conocimientos y habilidades que para un científico o un ingeniero son, en general, ajenas a su proceso formal educativo. Ciertamente, la invención debe buscar la solución de un problema; sin esta característica, este tipo de invenciones pueden considerarse ciencia pura, cuyo fin es buscar el conocimiento per se. El reconocer una necesidad y tener el conocimiento tecnológico para resolverla es un gran paso, pero aún se debe recorrer un camino largo para llegar a convertir la idea en una empresa.

Muchos de los productos que se fabrican en México no contienen un valor agregado tecnológico. Dos razones por las que México aún no ha podido desarrollarse más son: por la falta de políticas gubernamentales para el apoyo de la innovación en la industria, y por una infraestructura y procesos anticuados para el desarrollo y comercialización de productos. Pero la razón fundamental para cambiar esta realidad, es la falta de ingenieros y científicos, que aunque tengan una formación tecnológica importante, carecen de habilidades y herramientas en gestión de tecnología para que sus ideas e invenciones sean adoptadas por la sociedad. El Banco Interamericano de Desarrollo en un estudio concluyó que “aquellas empresas que obtienen resultados innovadores en una mayor cantidad de áreas y con un grado de novedad que trasciende al mercado local, presentan un impacto social positivo mayor”.

En un país con tantas necesidades y problemas como México, el acto de innovar se vuelve inaplazable. México debe convertirse en un país innovador. Desde hace muchos años hemos sido vistos como gente creativa, ingeniosa y que ve la manera de resolver los problemas. Pero es necesario proveer a la gente de habilidades para hacer que este ingenio trascienda en soluciones tecnológicas que impacten a la sociedad y produzcan riqueza.

México requiere de personas que desarrollen ingeniería y ciencia pero que, sin alejarse de éstas, sean agentes de cambio promoviendo el desarrollo de empresas y negocios con valor tecnológico agregado. Para ello se requiere que estos ingenieros y científicos vean como parte de su proyecto de vida, una fuerte formación en gestión de la innovación para convertir sus “sueños” en oportunidades de desarrollo para nuestro país

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