miércoles, 11 de noviembre de 2009

No a la violencia

Alejandro Mendoza Alvarez
Director de Humanidades
Universidad Iberoamericana

La heterogeneidad social y la diversidad de procedencia, ha sido una característica común en la conformación de las poblaciones que habitan hoy en día las grandes ciudades y barrios de nuestro planeta, afirma Capel Saez, reconocido geógrafo español. Durante la edad media, los incipientes centros urbanos experimentaron tasas negativas de crecimiento debido a la insalubridad y a las epidemias que azotaban entonces a sus moradores.


Sin embargo, a partir del siglo XIX las reglas cambiaron, transformándose las metrópolis en verdaderos espacios de oportunidad y de movilidad social tanto de nativos como de inmigrantes. Este espejismo no resistió la entrada del siglo XX: la indiferencia, la violencia y el contraste marcaron su ritmo. Hoy más que nunca y particularmente, quienes habitamos en centros urbanos complejos y sobrepoblados, debemos cultivar actitudes que nos permitan una mejor forma de relacionarnos, responsabilizarnos de nuestros pensamientos, de nuestra palabra y de nuestras acciones.


El sufrimiento emerge como una expresión de nuestro egoísmo. Todo sufrimiento radica en el deseo, en el anhelo, en la expectativa, sin embargo no debemos olvidar que la felicidad es posible y que existe un camino para alcanzarla. Encontrar sin buscar, sólo es cuestión de practicar la atención, la solidaridad, de disfrutar lo que hacemos.


Múltiples son las formas como podemos actuar, toda acción implica una elección que se refleja inmediatamente en el ambiente en el que vivimos, no olvidemos, dicen los mecánico-cuánticos, que la realidad es producto de nuestros pensamientos. Actitudes conscientes y amorosamente asumidas son la clave para vivir en armonía.


Es indispensable ser tolerante, actuar con sabiduría, abrir el corazón y practicar la habilidad de darse cuenta. La actitud sabia emerge gradualmente cuando comprendemos la necesidad de aprender de cada experiencia, sea ésta positiva o negativa, La sabiduría debe enseñarnos a ver más allá de lo aparente y reconciliarnos cada día con nuestro entorno, inclusive como en el que nos toca padecer a los que habitamos en la denominada “región más transparente”.

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