jueves, 18 de marzo de 2010

Nuestra fascinación por el Factbook


Dr. Francisco Galán
UIA

Hace unos días volví a preguntar en mi muro de facebook: ¿Por qué nos fascina el facebook? ¿Dónde estamos? Sólo un amigo contestó: “Estamos en el facebook.”

Como soy de tiempos anti diluvianos la “ciberespacialidad” me sorprendió y aún lo hace. En 1991 en la biblioteca del Boston College llegué a buscar cierta bibliografía, y ¡oh sorpresa! no había ficheros, sino computadoras. Tras un lento aprendizaje quedé atónito cuando vi desplegarse en segundos 180 referencias que tardaba días en conseguir. Una tarde lluviosa quedé paralizado al escuchar por primera vez la voz de Heidegger, sin sospechar que vería en you tube a Albert Camus .

Imagine por favor el lector lo que sentí al jugar en algunas farmacias al tele pon, y luego poder jugar en casa el atari, mario bros, tecmo nfl. Jugar “age of empires”, con mi hijo como aliado contra otros imperios, me llevó a esperar la tarde de los domingos, –horrible en la niñez-, con gran alegría y alboroto.

Fantástico resultó seguir las incidencias del juego de los red sox con un retraso de dos minutos, pero ahora puedo ver la recta de 90 millas de Josh Beckett en la pantalla de la compu (no en alta definición porque nuestro ancho de banda no da), ¡el skype! , jugar una partida blitz de ajedrez a las dos de la mañana con una persona que está en Praga.

Este pasado 14 de febrero, una amiga en su muro pedía encarecidamente detener el spam de corazoncitos, y remitía a un texto de Arcadi Espada, al que llamó “una lúcida reflexión sobre el amor en los tiempos del chat” http://www.arcadiespada.es/2010/02/14/14-de-febrero-2/.
Espada remite a explicaciones más o menos conocidas de los usuarios sociales del internet (el anonimato, comodidad y seguridad del sexo pornográfico), pero ensaya también sobre la especificidad del facebook: La posibilidad del reencuentro, y la intemporalidad de éste; La búsqueda de la aventura don juanesca del hombre maduro, sin tener que exhibir el estómago; Voyeurismo y exhibicionismo.

Añadiría la posibilidad de inventarse una second life con los tintes y fotos de la first. Pero lo que más me ha gustado es su reflexión sobre la pregunta con la que inicia: “¿Alguien ha escrito algo de interés sobre cómo y por qué la escritura cambió al amor?”. Sí, sorprendentemente, resulta que en plena época de la imagen, el principal atractivo es la escritura en la hiperrealidad.

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