miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Buen Fin cumplió sus objetivos, para el comercio organizado


De acuerdo con informes de organismos empresariales El Buen Fin, serie de descuentos en compras a meses sin intereses que este pasado fin de semana largo hicieron las tiendas departamentales y de autoservicio para promover sus ventas, por iniciativa del gobierno federal, sí cumplió con sus objetivos desde el punto de vista del comercio organizado; sin embargo, falta valorar las implicaciones que tendrán para los consumidores las compras en plazos, consideró Roberto Sánchez de la Vara, coordinador de la Maestría en Administración de la Universidad Iberoamericana.

Sería interesante que los sistemas bancarios de tarjetas de crédito y de tarjetas departamentales, y los de tarjetas no bancarias dieran a conocer cuánta fue la derrama que llevaron a cabo los tarjetahabientes y qué implicaciones tendrá en ellos ese gasto, agregó Sanchez de la Vara, quien entre sus funciones académicas también realiza análisis de los temas coyunturales de los sectores económico y empresarial.

Ante la oportunidad de hacer compras en “supuestos meses sin intereses (pues éstos ya están incluidos en el precio), los consumidores irresponsables firman e incrementan la carga a sus tarjetas de crédito, de cuyos estados de cuenta después sólo pagan los saldos mínimos, lo que hace interminable el pago.

Que las personas vean descuentos atractivos, que en el Buen fin oscilaron entre el 10y 70% -según lo anunciado-, es el peligro de este tipo de estrategias mercadológicas, donde la conducta del consumidor es llevar a cabo una compra que de otra manera probablemente no habría hecho si tuviera que pagar al contado, con efectivo o tarjeta de crédito.

Aunque el profesor del Departamento de Estudios Empresariales espera que la mayor parte de la gente haya actuado responsablemente en El Buen Fin –es decir, no hayan excedido su capacidad de compra-, opina que seguramente mucha gente se sobre endeudó en estos días, y luego tendrán que volver a usar sus tarjetas para afrontar los compromisos de fin de año.

Y es que por idiosincrasia cuando el consumidor mexicano se ve con un poco más de dinero, por ejemplo con el aguinaldo, incrementa mucho su consumo en fechas como Navidad y Reyes, que sumadas al 14 de febrero, el Día de las Madres y el Día del Padre, son festejos “eminentemente comerciales”, en los cuales la gente gasta más de lo que puede llegar a pagar, concluyó el también Coordinador de la Maestría en Gestión de la Innovación Tecnológica.

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