viernes, 28 de octubre de 2011

Ibero rindió homenaje póstumo al periodista Miguel Ángel Granados Chapa


La Universidad Iberoamericana rindió homenaje en memoria del periodista Miguel Ángel Granados Chapa. Amigos académicos y periodistas coincidieron en que fue un hombre que ejerció la libertad de expresión con apego a la ética y que mientras los dueños del poder serán olvidados, él seguirá en la memoria de México.



La historiadora y académica de la Ibero, Laura Pérez Rosales; el abogado especialista en temas sindicales, Arturo Alcalde; el antropólogo y comunicador, Virgilio Caballero; el ex director del Departamento de Derecho de la Ibero, Raúl González Schmall; el historiador Lorenzo Meyer, el periodista Alejandro Olmos y el ex director del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Ibero, Francisco José Paoli, participaron en el homenaje.



En este acto, el destacado periodista Miguel Ángel Granados Chapa, quien falleció el pasado 16 de octubre a la edad de 71 años, fue recordado como un profesional de la comunicación, el derecho, la historia y el arte, quien reveló con apego a la ética, y suma perfección en la escritura y la oratoria, los problemas sociales de México.



Académicos, alumnos y familiares se reunieron en el Aula Magna Santa Teresa de Jesús y escucharon atentos las palabras que cada participante preparó para la ceremonia organizada por el Departamento de Historia de la Ibero, donde Granados Chapa estudió el doctorado.



La doctora Laura Pérez Rosales, moderadora de la mesa, dijo que Granados Chapa mostraba a través de su columna Plaza Pública, así como en Canal Once, Radio UNAM y en todos los medios posibles, “el rostro monstruoso de la realidad social, ponía el dedo en la llaga, pero dando lugar a la esperanza” y permitió que nacieran medios plurales como Excélsior, Proceso, La Jornada, Reforma y otros.



El antropólogo y comunicólogo Virgilio Caballero consideró que el también analista político ejerció la libertad de expresión en un “diálogo de pares, a partir del respeto por el otro considerando los abusos del poder en un país tan frágil como México”.



Exhortó a los profesionales de la comunicación consultar y seguir el código de ética que Granados Chapa escribió y que recomienda, entre otras cosas, combatir la ambigüedad en los mensajes, defender una postura hasta las últimas consecuencias, usar las palabras precisas, evitar los lugares comunes, construir una opinión propia aunque no coincida con los demás y poner en práctica la ambición ética aunque parezca “soberbia de la virtud”.



Caballero cerró su participación con una estrofa del poema Muerte sin Fin de José Gorostiza.



A su vez, el historiador Lorenzo Meyer glosó que “mientras México sea capaz de crear a seres tan lúcidos y coherentes, las cosas no estarían tan perdidas”. Subrayó que Granados Chapa se fue en el momento más necesario para el país, porque “él era una brújula, una guía del contenido ético de la política”.



Granados Chapa fue una de esas "mentes lúcidas que registran la historia, y mientras los dueños del poder pasarán al olvido o 'al mal recuerdo', a él lo seguirán añorando", sentenció.



Por su parte el abogado Raúl González Schmall refirió que el hombre que en 2008 recibió la medalla Belisario Domínguez puso al periodismo al servicio del derecho y el derecho al servicio del periodismo. Con sus artículos diarios dialogó con la gente para desarrollar juntos la democracia y los derechos fundamentales de la humananidad.



Arturo Alcalde, defensor de las luchas sindicales, destacó que la clase obrera y trabajadora encontró en Granados Chapa un representante para revelar los atropellos patronales: “Iba al corazón de los problemas, con gran sencillez escuchaba a la gente". Consideró además que el legado ético del periodista debe llegar a los jóvenes, para que estos sigan su ejemplo y rescaten de la ignominia al país.



El periodista Alejandro Olmos Cruz aseguró que el también Premio Nacional de Periodismo 1981 y 2004 fue “el mejor columnista de nuestro tiempo” y que compartió sus experiencias a jóvenes reporteros, a quienes les advirtió que el oficio no era gratificante por el salario, pero sí transformaba la vida de las personas para bien.



Mientras que el analista político Francisco José Paoli cerró el homenaje refiriéndose a Miguel Ángel Granados como un personaje de la vida pública que ejerció la libertad de expresión, sirvió a los lectores y a los “hambrientos de información, a los necesitados de justicia y no para servir y lisonjear al poderoso”, la académica del Departamento de Historia, Shulamit Goldsmit, viuda de Granados Chapa, agradeció a la familia Ibero la realización del homenaje y dijo que aunque nunca podrá llenar el vacío que le deja la muerte de su esposo, "el cobijo" de los homenajes le ayudarán a paliar su dolor.

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